Antes de entrar a la Sala José Hernández del predio de La Rural, en la que se haría la apertura del 3º Encuentro Nacional de Bibliotecas Populares, organizado por la CONABIP, alguno que otro se preguntaba cuál era el sentido de una charla en la que uno de los ejes centrales sería la conocida como Ley de Medios. Y a poco de comenzar, las dudas se dispersaron por completo. "La nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y las bibliotecas populares tienen el mismo objetivo: fortalecer la ciudadanía", explicó Gabriel Mariotto, Presidente del Directorio de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA). Con la moderación de Tom Lupo, aunque él reniegue de esa palabra, el periodista Eduardo Anguita y Pablo Marchetti, fundador de la Revista Barcelona, integraron junto a Mariotto la mesa que tuvo los conceptos de pluralidad, democracia, resistencia, participación e insolencia como protagonistas.

Tanto en el caso de las bibliotecas como en el de dicha Ley se trata, ni más ni menos, de la palabra, del acceso a la información y del acceso a la libertad de expresión, entre otros derechos.

"Visto desde hoy parece algo natural, visto desde hace dos años parecía algo imposible", indicó Mariotto en referencia a las posibilidades que tienen a partir de la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual las asociaciones sin fines de lucro de acceder a una licencia. Sucede que la normativa aprobada por la dictadura militar sólo permitía que los privados sean licenciatarios de una frecuencia de radio o televisión mientras que al Estado le asignaba un papel subsidiario, es decir, se podía hacer cargo de las transmisiones en aquellos lugares que por su poca o nula rentabilidad no se presentaban otros licenciatarios. Las asociaciones sin fines de lucro estaban condenadas a la clandestinidad. Y a partir de la sanción de la nueva Ley todos tienen las mismas posibilidades: el Estado, las organizaciones sociales y el sector privado. Un 33 por ciento del espectro radiofónico está destinado a cada uno de estos sectores.

Para el titular de la AFSCA, la literatura es un disparador que tiene que salir de las paredes de la biblioteca y llegar a la comunidad. "Tienen que salir de las paredes de la biblioteca, tienen que llegar a la comunidad en todos los formatos. El verdadero desafío está en la competencia de contenidos. Ustedes los tienen y solo hace falta activarlos", dijo. "Vamos a empezar a vivir en pluralidad, estamos transitando el camino porque no sabíamos que nos asistían derechos. En la dictadura militar había represión y en democracia cuando hay un monopolio alguien se queda con la voz del resto".
Antes de darle la palabra a Anguita, Lupo señaló que para Mariotto, la pluralidad "es el antídoto contra el sistema único del sistema medios". Y en este sentido, el director periodístico de Miradas al Sur explicó que “perder el monopolio de la palabra es perder parte del poder”.
Según Anguita, en el 2007, cuando fueron las inundaciones en la provincia de Santa Fe, eran las radios alternativas las que advertían que el río estaba creciendo mientras desde los medios hegemónicos decían que nada sucedería. “Esa pequeña radio desde donde se ejercía la resistencia, no tenía la potencia de decir estamos al lado del río y se está inundando y que eso llegara a todos lados. Y esto es una gran metáfora porque en Santa Fe se inundaron los barrios bajos, los más humildes. Que valga esto como valor simbólico del rol de los medios de comunicación. Y los medios de comunicación valen en la medida en que cuando les toca el lugar de la resistencia, tengan después el lugar de la contención de los presupuestos públicos y de las normas públicas”.
“Los que queremos la diversidad, los que queremos un país con miles de bibliotecas populares, con miles de hospitales públicos, con miles de espacios donde el débil, si la ley le da derecho, no sea débil… no tenemos las de ganar”. “Esta nueva etapa la tenemos que hacer entre todos, con estos presupuestos públicos, con espacios en los que ampliemos la palabra. Ustedes tienen que pelear por sus espacios de comunicación pero es una pelea. Porque no es solamente ir a pedir la licencia. Es tener la convicción, tener el coraje, tener el conocimiento de que hay cosas para decir y que las tenemos que hacer en un proceso en el que aprendamos a escuchar”, dijo Anguita al finalizar.
Ante la pregunta de Lupo sobre cómo veía Marchetti la posibilidad de que se acerquen los jóvenes a las bibliotecas, el fundador de la revista Barcelona destacó la participación de este sector etario en todos los ámbitos relacionados con lo público. “Es parte del signo de época. Me parece alentador, pero también me parece alentador que la insolencia se mantenga en todas las personas, independientemente de la edad. Yo pienso en venerables insolentes como León Ferrari u Osvaldo Bayer, que son tipos de 80, 90 años y son de los más jóvenes que tenemos en el país. Y digo también, tanto pendejo garca caminando por ahí. Me parece que pasa por otro lado el asunto. Veo acá mucha gente insolente porque para llevar adelante una biblioteca popular con los niveles de ética cotidiana de los que hablaban, me parece que hay que tener una insolencia enorme”, reflexionó ante el aplauso sostenido del auditorio.
Para Marchetti, “las bibliotecas son lugares que abren puertas y ventanas al conocimiento. Nos abren la cabeza, nos llevan a rumbos insospechados y nos llenan de un pensamiento crítico y de esta insolencia tan necesaria en la vida para llevar adelante gestas que tienen que ver con cambiar lo que es la vida de todos, la vida en comunidad. Para mí fue fundamental la existencia de la biblioteca y mis viejos me inculcaron siempre la cultura de los libros”.
Tras mostrarse sorprendido por el cambio de políticas respecto a las bibliotecas populares a partir del gobierno de Néstor Kirchner, descripto por la presidenta de la CONABIP, María del Carmen Bianchi, en su discurso de apertura del Encuentro, Marchetti realizó un paralelismo con la Ley de Medios. “En ambos casos estamos hablando de crear conocimiento y no un conocimiento manso y domesticado sino uno que es pura tensión. La diversidad de voces lleva a elevar el nivel del debate y eso crea tensión”.
Para Tom Lupo, “va a llevar tiempo hasta que nos demos cuenta la importancia de esto, cuando funcione en la práctica. Es tan fuerte la concepción de que en un discurso único es un concepto fascista, limitante y orientado hacia una sociedad de consumo y de mercado. Porque finalmente ese discurso único proviene de empresas editoriales o discográficas que digitan un tipo de lectura, un tipo de cultura. Comparado con esta pluralidad que va a haber ahora, yo creo que los efectos son tan importantes que es extraordinario lo que va a pasar”.
Nueva etapa, nuevas posibilidades, romper con el discurso hegemónico, el discurso único, apropiarse, participar, difundir, expresarse. Ahora todas estas palabras son mucho más que eso. Son una posibilidad concreta y real para que quienes integran y construyen día a día las bibliotecas populares y la sociedad en su conjunto tengan un nuevo espacio desde el cual difundir el trabajo que hacen día a día y sean muchos más los que puedan dar a conocer su obra que es lo que, en definitiva, enriquece nuestro patrimonio social, cultural y educativo.